Antes de leer la nota, observá bien la foto... no sólo es el resultado de 25 años de peronismo en la provicia de Buenos Aires, también es la foto de nuestro fracaso como partido...
El domingo, gane quien gane las internas, no se va a llevar ninguna Copa del Mundo, sino que va a tener que salir casa por casa a convencer a los argentinos que la UCR es el mejor camino para alcanzar el país con que soñamos, un país digno, un país sin pobres, sin indigentes.. y lo primero que cada argentino le va a preguntar es, ¿Cómo pudimos permitir que todo esto pasara frente a nuestras narices?
Ya lo dijo Albert Einstein: el gran error consiste en esperar resultados diferentes, haciendo siempre lo mismo...
Quienes ya tuvieron su momento en la historia, deben mostrar nobleza y patriotismo, porque el futuro es de los que vienen y no de los que se están yendo... Quienes han sido protagonistas se deben al partido desde la Experiencia, ya no desde el Liderazgo, y es en este punto precisamente en donde salen a flor de piel los intereses particulares por sobre los partidarios.
Cuando Raúl Alfonsín dijo: No hemos podido, no hemos sabido y no hemos querido... no se estaba refiriendo a las nuevas generaciones precisamente... sino a quienes ya han tenido la oportunidad de poder, saber y querer... y por mucho o poco que han logrado, es tiempo de renovación y cambio.
Que la UCR tenga internas es un ejemplo para los peronistas, ahora bien, si este domingo 6 de junio no es aceptado Ricardo Alfonsín por la mayoría de los afiliados, entonces propongamos a otra persona, o a varias otras, ya que la realidad de estos 25 años, nos obliga a reconocer más fracasos que éxitos, y en esto bastante tienen que ver quienes están al frente de la UCR... esta situación no debe omitir la gran oportunidad para la UCR de mostrar nobleza, de mostrar un verdadero ejemplo de grandeza, los que hayan superado los 30 años de liderazgo y participación activa, que cada uno de ellos postule a gente nueva, de lo contrario estarán confesando que hay un interés personal por sobre el interés general.
Creo en la honestidad de la gente, y quiero mucho a los radicales, aunque a veces discutamos, luego me queda un sabor amargo, porque siento que discutir desde el interés personal es algo estéril, por eso apoyo a los que aún no han tenido el protagonismo de liderar la UCR, como los que lo han hecho los últimos 27 años de vida democrática, que por cierto (y obviemos a De La Rúa que por cierto siempre fue contrario a don Raúl) ni siquiera como oposición han sabido ganarse la reconsideración de la mayoría de nuestra ciudadanía, con todo el respeto que se merecen todos, yo voto por el cambio.
Esto no obsta de seguir creyendo en que la diferencia es lo único que nos enriquece en lo moral, en lo espiritual, en lo intelectual, en lo humano y en lo partidario, somos la vida somos la paz, el 7 tenemos que apretar los dientes y demostrarle a la ciudadanía que somos gente honesta, sana y adulta, que tenemos la madurez para renonocer la realidad tal cual se nos plantea en la vida, y desde ese punto buscarnos y reencontrarnos como gente digna que somos.
Adhiero al concepto que postula que “Toda cultura genera sus propios resultados” y estoy convencido que -nuestro país- recibió de parte de la UCR, un aporte sano, democrático y honesto...
Lo cual claramente no nos exime de preguntarnos, si acaso le debemos a la sociedad, a esta altura, algunas disculpas por nuestros errores, disculpas que desde luego serán, por haber errado, más no por haber hecho algo a propósito, ni mucho menos por haber tenido la intención de sabotear los máximos preceptos que nuestro propio partido comulga y promulga, que son la paz, la igualdad, la justicia, el bien común....
Y en esto quiero ser muy claro y objetivo, quizá podamos encontrar todos juntos el camino que nos lleve a ese país con que soñamos, tal como fue el último deseo de Raúl Alfonsín...
Sin embargo, puede que yo este equivocado, pero a mí me parece que, deberíamos repensar y decirnos con franqueza, si sería oportuno para todos los argentinos, el poder ver en nosotros mismos, no ya todos los logros democráticos que supimos conseguir sino, hablar de lo otro...
De eso que nos cuesta decir... eso que tal vez, cada uno de nosotros debamos poner sobre la mesa, reconociéndonos como seres humanos de carne y hueso, y que, si bien no cabe ninguna duda que, de todos nuestros problemas como país, los radicales llevamos una cuota más bien reducida de responsabilidad...
Deberíamos de todos modos, preguntarnos siquiera... “¿habremos errado en algo nosotros también?”... pero no para arrancarnos las vestiduras diciendo que nuestro error fue tolerar el atropello liberal, o sindical o cualquier otro... sino diciendo con sinceridad... “¿cuáles fueron nuestros errores?”... es válido insistir en las fórmulas de siempre, en lugar de tener la hidalguía de acompañar a las nuevas generaciones en su camino por la UCR? en fin... Es sano pretender atornillarse en timón del barco creyendo que después de los conocidos de siempre, no habrá más nadie que pueda hacer las cosas mejores que los que ya han tenido la oportunidad de ser actores principales en la vida del partido?
Pienso que tal vez, luego de haber padecido la “letra escarlata” en nuestras frentes, por tener en nuestro haber “la culpa” de haber chocado el país dos veces, en el ’89 y en el 2001... según reza nuestra presidente, y aún sosteniendo que -en mi modesta opinión- el peronismo ha chocado con la democracia toda la vida, quizá esta sea la hora del radicalismo, pero no del radicalismo sectorial, sino de una militancia unida y comprometida detrás de los ideales que le dieron luz y vida a los más íntimos y profundos deseos que, por otrora y antaño, desvelaban a nuestros próceres, y no sólo a los partidarios, sino a muchos otros también....
Estoy persuadido que (parafraseando a don Raúl), y sin dar ya más vueltas... si logramos ver algún error en nosotros, antes que ver la “paja en el ojo ajeno”, quizá estemos dándole una LECCION HISTORICA, no sólo al peronismo, sino a la sociedad toda, la cual tal vez, esté esperando de nosotros, lo que no encuentra en otros referentes políticos, y eso a lo que me refiero queridos correligionarios es: AUTOCRITICA...
Como le dijo Raúl Alfonsín a ese muchacho de Neuquén... “a vos no te va tan mal gordito...” y a quien luego de un tiempo, le dijo en público “quizá no debí decirte eso que te dije y desde ya que me disculpo por haberlo dicho”... A esta altura corresponde darle a mis palabras su real sentido, cuando afirmo que si no votamos por el cambio estaremos cometiendo y aceptando una DEFRAUDACION, tanto a los afiliados que esperan un verdadero cambio, resultados diferentes (no más de lo mismo) como así también, a nosotros como agentes de cambio. No podemos darnos el lujo de repetir siempre la misma receta, y justo la receta que nos ha alejado cada día más de la consideración de la ciudadanía. Es un error capital que la UCR insista en hacer siempre lo mismo y luego pretenda obtener resultados diferentes...
Queridos Todos, como en las venas me corre sangre y no agua, y como la sangre No es agua, y como en mis venas corre sangre Radical, y como debe ser costumbre entre la gente honesta y sin dobleces. He aquí mi verdad, tal vez desprolija, tal vez incompleta, tal vez extemporánea, tal vez poco objetiva, pero con la franca intención de creer en que, si sumamos la verdad de cada uno de nosotros (y de la los “otros” también), quizá de esta manera podamos, construir el país con que soñamos, ya que si pretendemos vivir en un país mejor, tenemos que ser dignos de merecerlo...
Abrazo y Adelante Radicales!
Diego Castro Thomis
Ya lo dijo Albert Einstein: el gran error consiste en esperar resultados diferentes, haciendo siempre lo mismo...
Quienes ya tuvieron su momento en la historia, deben mostrar nobleza y patriotismo, porque el futuro es de los que vienen y no de los que se están yendo... Quienes han sido protagonistas se deben al partido desde la Experiencia, ya no desde el Liderazgo, y es en este punto precisamente en donde salen a flor de piel los intereses particulares por sobre los partidarios.
Cuando Raúl Alfonsín dijo: No hemos podido, no hemos sabido y no hemos querido... no se estaba refiriendo a las nuevas generaciones precisamente... sino a quienes ya han tenido la oportunidad de poder, saber y querer... y por mucho o poco que han logrado, es tiempo de renovación y cambio.
Que la UCR tenga internas es un ejemplo para los peronistas, ahora bien, si este domingo 6 de junio no es aceptado Ricardo Alfonsín por la mayoría de los afiliados, entonces propongamos a otra persona, o a varias otras, ya que la realidad de estos 25 años, nos obliga a reconocer más fracasos que éxitos, y en esto bastante tienen que ver quienes están al frente de la UCR... esta situación no debe omitir la gran oportunidad para la UCR de mostrar nobleza, de mostrar un verdadero ejemplo de grandeza, los que hayan superado los 30 años de liderazgo y participación activa, que cada uno de ellos postule a gente nueva, de lo contrario estarán confesando que hay un interés personal por sobre el interés general.
Creo en la honestidad de la gente, y quiero mucho a los radicales, aunque a veces discutamos, luego me queda un sabor amargo, porque siento que discutir desde el interés personal es algo estéril, por eso apoyo a los que aún no han tenido el protagonismo de liderar la UCR, como los que lo han hecho los últimos 27 años de vida democrática, que por cierto (y obviemos a De La Rúa que por cierto siempre fue contrario a don Raúl) ni siquiera como oposición han sabido ganarse la reconsideración de la mayoría de nuestra ciudadanía, con todo el respeto que se merecen todos, yo voto por el cambio.
Esto no obsta de seguir creyendo en que la diferencia es lo único que nos enriquece en lo moral, en lo espiritual, en lo intelectual, en lo humano y en lo partidario, somos la vida somos la paz, el 7 tenemos que apretar los dientes y demostrarle a la ciudadanía que somos gente honesta, sana y adulta, que tenemos la madurez para renonocer la realidad tal cual se nos plantea en la vida, y desde ese punto buscarnos y reencontrarnos como gente digna que somos.
Adhiero al concepto que postula que “Toda cultura genera sus propios resultados” y estoy convencido que -nuestro país- recibió de parte de la UCR, un aporte sano, democrático y honesto...
Lo cual claramente no nos exime de preguntarnos, si acaso le debemos a la sociedad, a esta altura, algunas disculpas por nuestros errores, disculpas que desde luego serán, por haber errado, más no por haber hecho algo a propósito, ni mucho menos por haber tenido la intención de sabotear los máximos preceptos que nuestro propio partido comulga y promulga, que son la paz, la igualdad, la justicia, el bien común....
Y en esto quiero ser muy claro y objetivo, quizá podamos encontrar todos juntos el camino que nos lleve a ese país con que soñamos, tal como fue el último deseo de Raúl Alfonsín...
Sin embargo, puede que yo este equivocado, pero a mí me parece que, deberíamos repensar y decirnos con franqueza, si sería oportuno para todos los argentinos, el poder ver en nosotros mismos, no ya todos los logros democráticos que supimos conseguir sino, hablar de lo otro...
De eso que nos cuesta decir... eso que tal vez, cada uno de nosotros debamos poner sobre la mesa, reconociéndonos como seres humanos de carne y hueso, y que, si bien no cabe ninguna duda que, de todos nuestros problemas como país, los radicales llevamos una cuota más bien reducida de responsabilidad...
Deberíamos de todos modos, preguntarnos siquiera... “¿habremos errado en algo nosotros también?”... pero no para arrancarnos las vestiduras diciendo que nuestro error fue tolerar el atropello liberal, o sindical o cualquier otro... sino diciendo con sinceridad... “¿cuáles fueron nuestros errores?”... es válido insistir en las fórmulas de siempre, en lugar de tener la hidalguía de acompañar a las nuevas generaciones en su camino por la UCR? en fin... Es sano pretender atornillarse en timón del barco creyendo que después de los conocidos de siempre, no habrá más nadie que pueda hacer las cosas mejores que los que ya han tenido la oportunidad de ser actores principales en la vida del partido?
Pienso que tal vez, luego de haber padecido la “letra escarlata” en nuestras frentes, por tener en nuestro haber “la culpa” de haber chocado el país dos veces, en el ’89 y en el 2001... según reza nuestra presidente, y aún sosteniendo que -en mi modesta opinión- el peronismo ha chocado con la democracia toda la vida, quizá esta sea la hora del radicalismo, pero no del radicalismo sectorial, sino de una militancia unida y comprometida detrás de los ideales que le dieron luz y vida a los más íntimos y profundos deseos que, por otrora y antaño, desvelaban a nuestros próceres, y no sólo a los partidarios, sino a muchos otros también....
Estoy persuadido que (parafraseando a don Raúl), y sin dar ya más vueltas... si logramos ver algún error en nosotros, antes que ver la “paja en el ojo ajeno”, quizá estemos dándole una LECCION HISTORICA, no sólo al peronismo, sino a la sociedad toda, la cual tal vez, esté esperando de nosotros, lo que no encuentra en otros referentes políticos, y eso a lo que me refiero queridos correligionarios es: AUTOCRITICA...
Como le dijo Raúl Alfonsín a ese muchacho de Neuquén... “a vos no te va tan mal gordito...” y a quien luego de un tiempo, le dijo en público “quizá no debí decirte eso que te dije y desde ya que me disculpo por haberlo dicho”... A esta altura corresponde darle a mis palabras su real sentido, cuando afirmo que si no votamos por el cambio estaremos cometiendo y aceptando una DEFRAUDACION, tanto a los afiliados que esperan un verdadero cambio, resultados diferentes (no más de lo mismo) como así también, a nosotros como agentes de cambio. No podemos darnos el lujo de repetir siempre la misma receta, y justo la receta que nos ha alejado cada día más de la consideración de la ciudadanía. Es un error capital que la UCR insista en hacer siempre lo mismo y luego pretenda obtener resultados diferentes...
Queridos Todos, como en las venas me corre sangre y no agua, y como la sangre No es agua, y como en mis venas corre sangre Radical, y como debe ser costumbre entre la gente honesta y sin dobleces. He aquí mi verdad, tal vez desprolija, tal vez incompleta, tal vez extemporánea, tal vez poco objetiva, pero con la franca intención de creer en que, si sumamos la verdad de cada uno de nosotros (y de la los “otros” también), quizá de esta manera podamos, construir el país con que soñamos, ya que si pretendemos vivir en un país mejor, tenemos que ser dignos de merecerlo...
Abrazo y Adelante Radicales!
Diego Castro Thomis
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